viernes, junio 30, 2017

Descanso al otro lado del Sol

ExoMars hace una pausa en sus maniobras de aerofrenado ante la llegada de una nueva conjunción solar.

Hace tiempo que no tenemos noticias de la más reciente sonda marciana, la nueva apuesta de la Agencia Espacial Europea para tomar impulso en la exploración del planeta rojo. Y sin embargo, desde su llegada el pasado 19 de Octubre de 2016, está inmersa en una intensa actividad, aunque no tanto en su faceta científica, que verá su auténtico amanecer a lo largo de 2018, como en la técnica. Hay que recordar que su órbita inicia, aquella con la cual realizó la inserción orbital, era solo provisional y que por delante le esperaba una lenta, prolongada y siempre delicada maniobra de aerofrenado. Su meta final, situarse en una casi circular (370 x 420 Kilómetros), la ideal para poder desplegar todo su potencial, tanto científico como de relé de comunicaciones con los exploradores de superficie.

Desde Marzo, momento en que inició sus inmersiones en las capas más externas de la atmósfera marciana con el objetivo de ir frenando y ajustando su trayectoria gracias a la tenue fricción atmosférica resultante, su periodo orbital paso desde las 24 horas (terrestres) iniciales hasta las 14 actuales. Un progreso dentro de los planes previstos, pero que ahora deberá afrontar una pausa hasta finales de Agosto. Hasta entonces ExoMars quedará "aparcada" en una órbita segura, a la espera de tiempos mejores. El motivo, la próxima conjunción solar.

Con ese nombre se conoce el momento en que un planeta (en este caso Marte), se sitúa por detrás del Sol visto desde La Tierra. En realidad no es necesario que se sitúe exactamente al otro lado para considerar que se encuentra en conjunción, es suficiente con que sitúe en sus cercanías. Y en el terreno de las comunicaciones interplanetarias, eso es suficiente para dificultar las comunicaciones, capaz de generar errores potencialmente peligrosos incluso cuando estas siguen siendo posibles. Por ello, cuando Marte llega a esta situación, toda comunicación se interrumpe por precaución, y los diversos exploradores robóticos en activo se quedan en espera, o realizando actividades programadas previamente. 

Para ExoMars eso implica detener las maniobras de aerofrenado durante semanas. La misma naturaleza de esta maniobra, donde todo debe estar controlado al milímetro y en que las condiciones de alta variabilidad de la atmósfera marciana implica una completa motorización de los datos recibidos para realizar los ajustes necesarios para no cruzar en ningún momento el límite de seguridad, implica que no se puede planificar nada más lejos en el tiempo que unas pocas órbitas. Y dado que estas duran cada vez menos, apenas unas horas, es necesario hablar casi diaria con la sonda. No es que fuera a desintegrarse, ya que tiene sus propios sistemas de seguridad que la sacarían de una situación peligrosa rápidamente, pero eso también retrasaría el conjunto de la operación de forma notable. 

Por ello, con la llegada de la conjunción solar y la interrupción de las comunicaciones, ExoMars permanecerá a la espera hasta finales de Agosto a la espera, en una órbita seguirá y sin ningún nuevo "inmersión" en la atmósfera. Posteriormente se reanudará el lento descenso, hasta el punto que a principios de 2018 será necesario un contacto permanente, 24 horas la día, para afrontar los momentos finales del aerofrenado. Cuando eso ocurra todas las estaciones de seguimiento terrestres, tanto las de Europa como las de la NASA.

Pero eso tendrá lugar después de estas "vacaciones de Verano". Una vez terminen y le llegue la hora de regresar al trabajo, su software será actualizado, algo que tomará al menos dos semanas, sumando el tiempo de descarga, instalación y comprobación de que no hay problemas. Solo después de ello le llegará la hora de reiniciar las delicadas maniobras de aerofrenado. Como nos ocurre a todos nosotros cuando se acaban las vacaciones, también ExoMars deberá recuperar nuevamente el ritmo de trabajo habitual.

La evolución planificada del período orbital (curva roja) y la evolución real (azul), que incluye la pausa ya prevista provocada por la conjunción solar.  En mayo la ExoMars estaba un poco atrasado con su plan de descenso debido a que se prioriza la seguridad, en una táctica cautelosa que ha ayudado al equipo a entender con mayor precisión cualquier posible fracaso y desarrollar maneras de evitarlos con éxito.

Las actuales órbitas de aerofrenado se dividen en 4 etapas: "Exo-atmospheric", durante la cual envía a la Tierra todos los datos recabados, incluido el cambio de velocidad logrado, "Guided Slew", en que cambia la configuración para afrontar una nueva entrada en la atmósfera, "Aeropass", donde la sonda confía en todos los datos reunidos en tiempo real de su entorno para así estabilizar su posición con los impulsores, y LAPID, en que se reorienta de nuevo para poder reiniciar las comunicaciones. 

TGO short summer break

jueves, junio 29, 2017

Caminos de soledad

Visitando a Curiosity.

La vida del explorador interplanetario es solitaria, más solitaria que nada que podamos imaginar. Observando sus imágenes, conociendo sus descubrimientos, nos sentimos cerca de ellos, pero en un sentimiento unilateral. Para cualquier sonda, para cualquier rover de superficie, la existencia está marcada por la soledad más absoluta, solo rota en los momentos en que se establece comunicación con La Tierra. Y estos son mucho más esporádicos de lo que imaginamos. El silencio es la norma. Una persona posiblemente no lo soportaría mucho mucho tiempo.

Marte puede parecer una excepción, ya que al fin y al cabo hasta 8 misiones, 6 orbitales y 2 en superficie, actualmente están en activo en el planeta. Puede parecer mucho, pero no dejan de ser puntos en la inmensidad. Curiosity y Opportunity recorren actualmente la superficie marciana, pero esta última es equivalente a toda la superficie emergida de nuestro planeta. Imaginemos que situamos uno de ellos algún lugar de la Península Ibérica  y otro en pleno desierto de Australia. Estarían en el mismo planeta, pero a la práctica sería como si estuvieran en diferentes Universos. Y eso es lo que ocurre en su rojizo mundo.

La Mars Reconnaissance Orbiter, con su inmensa capacidad óptica, es capaz de discernirlos claramente, y en ambos casos ofrece una cobertura que tiene un valor incalculable. Cada cierto tiempo los visita, ofreciéndoles a ellos la posibilidad de conocer el terreno que les rodea más allá de sus ojos, facilitando así  la selección de rutas y objetivos, y ofreciéndonos a nosotros la posibilidad de verlos con nuestro propios ojos. 

Así fue ese pasado 5 de Junio, cuando su potente cámara HiRise captó a Curiosity, en ese momento rodeado de un terreno cubiertos de rocas y arena oscura. Los colores están exagerados para discernir mejor las diferencias de los materiales presentes en la superficie, que es el verdadero objetivos de estas tomas, y por tanto el rover se manifiesta en unos tonos azulados que no corresponden a la realidad, pero ayuda a transmitir perfectamente la soledad que día a día, noche a noche, recorre este explorador, la mayor parte del tiempo de forma autónoma y sin contacto con sus creadores.

Es poco menos que un punto de el desierto, un ejemplo de los caminos de soledad que recorren nuestros enviados a otros mundos. Y así será hasta el final de sus días.

La reciente "visita" de Mars Reconnaissance Orbiter ocurrió durante el Sol 1717 de la misión de Curiosity.

También Opportunity es fotografiado de forma periódica. Como en el caso de Curiosity, para conocer mejor el terreno que los rodea, y que el, nos ayuda a trasmitir la soledad de su viaje.

Aunque ya veterana, la Mars Reconnaissance Orbiter sigue siendo una pieza clave para la exploración de la superficie, y apoyo fundamental de ambos rovers. 

NASA Mars Orbiter Views Rover Climbing Mount Sharp

miércoles, junio 28, 2017

Oh My Darling, Clementine

La pequeña sonda que nos abrió de nuevo las puertas de la Luna.

La sonda Clementine (llamada originalmente D.S.P.S.E, abreviatura de Deep Space Program Science Experiment) es una de mas misiones espaciales mas curiosas lanzadas en los últimos años, ya que nació como proyecto militar y fue construida por el Naval Research Laboratory, con objetivo probar dispositivos pertenecientes al Programa de Defensa contra Misiles Balisticos estadounidense (conocido popularmente como "la guerra de las galaxias"). Solo fue posteriormente que se pensó que también podía llevar adelante una misión de exploración lunar. 

Por eso motivo fue ofrecida a la NASA, que añadió su propio instrumental al ya existente, dando lugar a Clementine, una sonda de 1,90 x 1,5 metros y algo menos de 500 Kilogramos de peso. Su origen la convertía en un ingenio ciertamente curioso. Así, por ejemplo, podía calcular por si sola su orientación en el espacio, empleando para ello sensores fotoeléctricos y unas diminutas cámaras de vídeo capaces de localizar estrellas concretas que le sirvieran de referencia, una habilidad que le llegaba de su lado "militar", pues era vital en cualquier hipotético sistema anti-misiles tal capacidad de autonomía.

Lanzada el 25 de enero de 1994, tardó casi un mes en llegar a la Luna, permaneciendo en órbita hasta principios de Mayo. Su misión lunar fue todo un éxito, incluyendo imágenes en varias longitudes de onda (visible como en el ultravioleta y el infrarrojo) , mediciones altimétricas, gravitatorias y de partículas cargadas. Pero por encima de todo estuvieron los datos de radar (Bistatic Radar Experiment), que por primera vez en la historia señalaron la posible presencia de depósitos de agua helada en los polos lunares, escondida dentro de cráter donde nunca llega la luz solar. Posteriormente estos resultados serían puestos en duda por observaciones desde Arecibo, pero la simple posibilidad de que fuera un hallazgo real sin duda aceleró el retorno a nuestro satélite.

Tras ello se dirigió al asteroide Geographos. Pero nunca lo alcanzaría, a causa de un fallo informático poco después de partir, terminando sus días en órbita terrestre, donde aún permanece.

"Estas perdida para siempre, que gran pena, Clementina" (Thou art lost and gone forever Dreadful sorry, Clementine). Son las ultimas estrofas de la canción Oh My Darling, Clementine, que fue la que dio nombre a esta sonda. Ciertamente seria este su destino final, pero antes de perderse para siempre abrió de nuevo las puerta de la exploración lunar, en un camino que después han seguido otras sondas, la mayoría mayores y mas preparadas, pero ninguna con el encanto que tuvo la pequeña Clementina.

Lanzamiento de la Clementine, el 25 de Enero de 1994. Su viaje cambiaría para siempre nuestra concepción de la Luna y las posibilidades de sostener algún tipo de asentamiento permanente, ya que descubrió evidencias de agua helada en los polos.

El Polo Sur lunar. Entre las sombras se recibieron ecos de radas consistentes con la presencia de depósitos helados.

Clementine utilizaba un complejo sistema de orientación estelar, herencia de sus orígenes, con las cuales podía definir su trayectoria a partir de la posición de unas estrellas concretas.

Imágenes compuestas del color de la cara oculta. En la esquina inferior derecha se encuentra el cráter de 143 km de diámetro Jules Verne, con su suelo cubierto de antiguas coladas de oscura lava. En la parte inferior izquierda el cráter Tsiolkovsky.

Vallis Schroteri, de 160 Km de longitud, 11 de anchura y 1 Km de profundidad.

El cráter Tycho visto a través de lo diversos filtros en luz visible y ultravioleta de las cámaras de Clementine.

 
La cuenca de impacto Schrodinger, en el polo sur lunar.

El cráter Aristarco.

Clementine Project Information

martes, junio 27, 2017

El gigante moribundo

ALMA nos ofrece la imagen más detallada jamás lograda de otra estrella.

Brilla con una intensa luz rojiza, y junto con la azulada Rigel es la más brillante y destacada integrante de la más que famosa constelación de Orión. Su tamaño es colosal, casi inimaginable para la mente humana, hasta el punto si estuviera en el lugar del Sol se extendería hasta más allá de la órbita de Júpiter, pero es un gigante que está llegando al final de su camino. Afronta un inminente y cataclismo final, en unas últimas etapas de inestabilidad que la han llevado a tal grado de expansión y enfriamiento, razón por la cual tiene un color rojizo. Y más pronto que tarde está destinada a convertirse en una supernova.

Resulta sencillo de imaginar, por tanto, el enorme interés que rodea a Betelgeuse, ya que podría ofrecernos la posibilidad de observar el momento mismo en que una estrella gigante colapsa sobre si misma y detona con el resplandor de una galaxia entera, además de permitir estudiar los momentos previos a tal acontecimiento, y que están ocurriendo ahora mismo. ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), el nuevo y más flamante proyecto astronómico mundial no podía olvidarse de ella, y en una serie de observaciones realizadas a finales de 2015 ofreció al mundo no solo la visión más detallada de Betelgeuse, sino posiblemente de una estrella en general. Y con ella información hasta ahora inédita de este coloso moribundo.

"Ubicada a unos 650 años luz de distancia, Betelgeuse no es ciertamente la estrella más cercana a nuestro Sistema solar, pero su gran tamaño hace que sea un objetivo ideal para logra imagen directamente con ALMA", explica Pierre Kervella, del Observatorio de París y miembro."Cuando miramos el cielo nocturno con nuestros ojos desnudos, vemos estrellas brillantes por todas partes, pero las vemos tan diminutas que incluso los telescopios más poderosos del mundo deben esforzarse para lograr imágenes de sus superficies. Nuestros resultados muestran que ALMA tiene la capacidad de revelar la de las de mayor tamaño en detalle". 
  
Las imágenes de ALMA, creada en las longitudes de onda de radio, desvela notables diferencies de temperatura entre diferentes zonas de su atmósfera interna. "Hemos sabido por décadas que su superficie visible no es uniforme, pero ALMA ha demostrado ahora en detalle que la temperatura en su atmósfera interna tampoco lo es. Parece que estas fluctuaciones podrían ser causadas por campos magnéticos, similar a lo que vemos en el Sol, nuestra estrella más cercana. El descubrimiento podría ayudar a explicar cómo se calientan las atmósferas de estas estrellas y cómo su material es transportado al medio interestelar". También destaca que no parezca tener una forma esférica, lo que podría estar relacionado con poderosas corrientes de convección que están empujando el material hacia el exterior, en una forma parecida a como se comporta en agua cuando hierve.

Entender estas irregularidades y cómo Betelgeuse pierde masa podría en última instancia ayudar a los científicos a predecir su destino final, cuando se convertirá en supernova, evento que se considera inevitable. Estas son responsables de la creación de muchos de los elementos más pesados de la tabla periódica, pero hasta que punto depende de la masa final existente en ese instante de aniquilación."Si explota pronto podría terminar generando hierro, níquel, oro o plata. Pero si ocurre más tarde, podría dar lugar a plomo, bario, carbono o oxígeno", explica Iain McDonald, de la Universidad de Manchester y uno de los autores de este nuevo estudio

En última instancia, por tanto, estudiar a esta gigante moribunda podría ayudarnos a desarrollar una mejor comprensión del origen último de los los elementos que nos componen, de ver el nacimiento de ese mismo polvo de estrellas que un día nos hizo nacer. Debemos estar siempre preparados. Podría ocurrir hoy, podría ocurrir dentro de miles de años, puede que incluso ya haya pasada y estemos viendo un fantasma, la imagen de algo que hace tiempo se desvaneció en la nada. Solo sabemos que ocurrirá. En esa rojiza silueta, la tétrica imagen de un gigante moribundo, se esconde el monstruo que un día iluminará nuestros cielos.

Las colosales dimensiones de Betelgeuse se entienden mejor si ponemos nuestro Sistema Solar como referencia. Expandida hasta este extremo por su inestabilidad interna, ya que sus reservas de hidrógeno en el núcleo posiblemente ya se han agotado y se adentra en reacciones cada vez más complejas y menos efectivas, la cuenta atrás para su colapso final es un hecho. Solo queda saber cuando.

Orión es una de las constelaciones más conocidas para los habitantes de la Tierra, si no la más conocida. Betelgeuse es la rojiza estrella que conforma una de las esquinas, o del hombre derecho de Orión, si nos referimos a la figura de la mitología griega.

ALMA, la colosal instalación astronómica situada en la altiplanicie de Chajnantor, en el desierto de Atacama, Chile. Conformada por 66 antenas de 12 y 7 metros, con capacidad de desplazarse para expandir y contraer la superficie total para ajustar las observaciones, sus logros no dejan de crecer día a día. 

Mon 26th June – Team of Astronomers led by DIAS Astronomer Use Alma to Make the Most Detailed Image of Another Star that has Ever Been Produced

domingo, junio 25, 2017

La dura vida del explorador

Iniciando la exploración de Perseverance Valley, señales de erosión y problemas en una de sus ruedas, las últimas noticias llegadas de Opportunity.

Un lento y laborioso paseo alrededor de la zona donde nace este pequeño valle antes de iniciar el descenso por su cauce hasta llegar a la zona donde desemboca, y donde desembocaba, si es el agua el elemento que lo esculpió, la corriente que un día descendió desde estas laderas hasta el fondo del cráter, quizás hasta el lago que parece que una vez existió en su interior. Este es el plan que está siguiendo nuestro explorador favorito, en una serie de movimientos que han traído consigo diversas noticias, una científica y otra técnica.

La primera hace referencia a los indicios encontrados en una serie de rocas alineadas y delimitando una zanja levemente deprimida con respecto al terreno circundante, y que nace de una amplia muesca situada en la parte superior de Perseverance Valley. Una posibilidad es que estemos ante un canal de desguace de un posible lago situada en el borde exterior del cráter, que en un momento concreto se desbordó, rompiendo dicho borde y generando una inundación que talló el valle mientras se precipitaba hacia el interior. Otra posibilidad tenida en cuenta es que sea erosión eólica, en que las fracturas fueron generadas por el mismo impacto que formó Endeavour, y posteriormente cubiertas por rocas, viendo ahora el efecto erosivo de los vientos marcianos. Una tercera opción, en realidad una variante de la segunda, es que aguas subterráneas habrían emergido a la superficie favoreciendo la formación de dichas fracturas, y contribuyendo a su erosión.

Todas ellas tiene elementos a favor y en contra de su viabilidad. El futuro examen directo de estas rocas deberá ayudar a dar una respuesta. Mientras tanto, el equipo está analizando imágenes estéreo de Perseverance Valley, tomadas desde el borde, para trazar la ruta que deberá tomar Opportunity en el futuro. 

Unos días de intensa actividad, pero que también trajo consigo un pequeño susto en forma de problemas con la rueda delantera izquierda. El 4 de junio, durante una de estos paseos previos al descenso, se bloqueó temporalmente con la rueda girada hacia fuera más de 30 grados. Hay que recordar que cada una de ellas tiene su propio motor para ajustar la orientación, y todos ellos, como es lógico, acumulan muchos kilómetros a sus espaldas. En realidad Opportunity lleva desde 2005 con uno de ellas inoperativo, el de la la rueda delantera derecha, lo que hace que siempre se desplace "marcha atrás" para así poder maniobrar mejor el vehículo, dejando la rueda problemática atrás, siendo arrastrada por las demás. Sigue girando sobre si misma, pero no puede maniobrar, por lo que esa fue la mejor opción. 

Esta segunda rueda problemática también está situada en la parte delantera, siendo la pareja de la primera, por lo que no afecta gravemente a la capacidad de Opportunity de desplazarse, que seguirá maniobrando igual que antes. Si esta es una situación ya permanente o no se verá en el futuro. Los esfuerzos de recuperación dieron frutos, aparentemente se superó el bloqueo y la rueda pudo orientarse de forma más favorable, pero por precaución no hay intención de usar de nuevo el motor de dirección, al menos en un futuro inmediato. Que se pueda seguir avanzando más o menos como se hacia hasta ahora no hace aconsejable arriesgarse a que pudiera quedarse bloqueada de nuevo. 

Nadie olvida que estamos ante un vehículo que acumula 50 veces más tiempo en activo del que inicialmente estaba previsto. No hay que forzar las cosas. Es lo mínimo que podemos hacer por un superviviente nato como Opportunity, que lleva 14 años terrestres soportando el duro ambiente marciano. Tenemos que cuidarlo para que siga con nosotros muchos más.

Vista compuesta por imágenes tomadas por la Pancam utilizando los filtros de 753 nanómetros (infrarrojo cercano), 535 nanómetros (verde) y 432 nanómetros (violeta), con el objetivo de ayudar a diferenciar las clases de terreno presente  Vemos la zanja a través de la mitad superior de la imagen, alinea con una serie de rocas oscuras, que se cree podrían ser señales de un canal de desguace de agua, o de forma alternativa, por la acción erosiva del viento. Como referencia, la amplitud de esta zanja es de unos 9 metros.

Los últimos desplazamientos de Opportunity, paseando por el punto de nacimiento de Perseverance Valley, que vemos extenderse hacia la parte derecha de la escena. Una vez terminada esta fase, iniciará el descenso.

Mars Rover Opportunity on Walkabout Near Rim

viernes, junio 23, 2017

La receta de La Luna

Buscando la respuesta al enigma del desaparecido campo magnético lunar.

Las misiones Apolo regresaron a casa llevándose consigo una minúscula parte de nuestra compañera celeste. Exactamente 380.96 kilogramos de rocas lunares, la mayor cantidad de muestras jamás recolectadas de otro mundo, y que como podemos imaginar fueron un tesoro científico examinado con profusión durante años. Mucho fue lo que aprendimos gracias a ellas, de la historia y evolución de nuestra compañera de viaje, pero también generaron nuevas interrogantes aún no despejadas. Y es que dichas rocas mostraban señales de haber sido magnetizadas, indicios de que existió un campo magnético lunar hasta hace, al menos, 3000 millones de años.

Y eso era un desafío a lo que creíamos saber de ella. En el caso de La Tierra, el movimiento de un núcleo externo aún líquido, actuando como una inmersa dinamo, está detrás de la existencia de un campo magnético global. No es su única fuente, pero si la principal, y es básico para la vida en la superficie de nuestro planeta. Sin su protección el viento solar, lentamente pero de forma implacable, habría ido erosionando nuestra atmósfera hasta reducirla a poco más que un vestigio. Marte es un buen ejemplo de un mundo donde la ausencia de un escudo magnñetico dejó vía libre al devastador efecto de nuestra estrella, fuente de vida, pero también, como podemos ver, de muerte.

El problema es que esos 3000 millones de años implica que nuestro satélite mantuvo un campo magnético global mucho más tiempo del que se creía posible. Todo señala que pudo darse en mismo efecto de "dinamo", pero que este debería haber sido relativamente fugaz, ya que por su pequeño tamaño su interior se habría enfriado rápidamente. Pero las rocas de los Apolo cuentan una historia diferente. Muy diferente.

Un equipo científico de la división ARES (stromaterials Research and Exploration Science) de la NASA, se puso recientemente manos a la obra para intentar generar un modelo viable. Resumiéndole mucho, dar forma, "jugando" con las proporciones de hierro, níquel, azufre y carbono existentes en los datos extraídos de los más recientes análisis de las rocas lunares de los Apolo, y sometiendo el conjunto a las presiones y temperaturas que se estiman existen en su corazón, incluyendo un margen para variaciones no conocidas. El objetivo, encontrar un punto donde esto fuera posible.¿Existe entonces una receta química que permitiera a la Luna conservar un núcleo fundido durante tan largo periodo de tiempo? La respuesta parece afirmativa.

Un núcleo de hierro/níquel con 0,5% de azufre y 0,375% de carbono. Esta es la sencilla formula que da sentido a lo observado por los Apolo. Un núcleo así tendría un punto de fusión alto y probablemente comenzó su cristalización en una fase temprana de su vida, lo que proporciona el calor necesario para mover la dinamo y generar un campo magnético lunar cuya existencia se prolongaría más de 1.000 millones de años antes de que finalmente se desvaneciera, dejando solo la huella que quedó grabada en las rocas lunares. Un escenario que encaja con todos los dato paleomagnéticos y sísmicos que tenemos actualmente en la Luna, además de ser consistente con todo sabemos de geoquímica y geofísica lunar.

Este estudio de ARES ofrece una explicación mucho más simple a todo ello que otras alternativas, y permite encajar mejor todas las piezas del puzzle. No es el final del camino. En el terreno del conocimiento no suele tenerlo. Quizás en el futuro, con una exploración lunar renovada y quizás incluso con un asentamiento permanente que pueda realizar estudios directos, podremos ir superando los velos de desconocimiento que aún rodea a nuestro vecino planetario y encontrar las respuestas definitivas. De momento parece que estamos en el camino de conocer la receta correcta que un día dio forma a nuestra compañera de los sueños.

En posible interior de la Luna según los datos recabados por las misiones Apolo, y que indican que aún conserva un pequeño núcleo fundido, ya no capaz de generar un campo magnético global, pero quizás si una pequeña parte de la actividad sísmicas detectada.

Las muestras traídas por los Apolo son una fuente de información extraordinaria sobre nuestro satélite, y de ellas nacen también enigmas aún por resolver.

Dynamo at moon's hearth once powered magnetic field equal to Earth's!

jueves, junio 22, 2017

Mundo robot

AEGIS y las crecientes capacidades autónomas de Curiosity.

Marte es el único planeta conocido habitado por robots. La frase puede parecer sacada directamente de una historia de ciencia ficción, pero si recordamos que dos de ellos recorren la superficie actualmente, y que en un futuro no tan lejano veremos a más de ellos "asentándose" en su rojiza superficie, ya no lo parece tanto. Y si además tenemos en cuenta que lejos de ser simples "juguetes" controlados a distancia desde La Tierra, ambos tiene cierta capacidad de tomar sus propias decisiones en campos tan importantes como la conducción o la selección de objetivos, aún nos lo parecerá menos. Son casi habitantes propios del planeta rojo.

Desde su llegada, ambos han ido mejorado, se han hecho más inteligentes, más autónomos, a medida que los ingenieros en tierra han ido desarrollando nuevos software  para ellos, posteriormente transmitidos y instalados en ellos de la misma manera que instalamos nuevas actualizaciones y parches a nuestros ordenadores caseros. No es un capricho o una mejora relativa. Bien al contrario todo ello aumenta de forma exponencial sus capacidades de hacer ciencia, ya que de lo contrario todo sería mucho más lento: Una vez completados los comandos quedarían a la espera de nuevos ordenes, de contactar con La Tierra y recibir nuevas ordenes. Pero esa es una abre que solo se abre en periodos de tiempo muy limitado. Todo lo demás sería tiempo perdido, y eso en la exploración de otros mundos es casi un pecado.

AEGIS (Autonomous Exploration for Gathering Increased Science) es el más reciente ejemplo de esta búsqueda de la autonomía lo más amplia, implementado en Curiosity en Mayo de 2016, y que desde entonces, controlando la ChamCam del rover, y con el su láser, lleva realizadas hasta 54 operaciones de exploración, selección y estudio de objetivos decididas totalmente por su cuenta. Y eso marca diferencias: Cada día el rover recibe una lista de comandos para que los ejecute posteriormente, y si entre ellas está la de desplazarse hasta un nuevo punto de interés, este puede alcanzarse horas antes de que se recuperen las comunicaciones con La Tierra. Anteriormente se quedaba parado y a la espera, pero ahora AGEIS le permite realizar toda una serie de estudios científicos de su entorno no programados. 

Así, cuando el control de tierra está de nuevo en línea, tiene un extra de material de estudio siempre bienvenido. Y objetivos ya marcados por adelantado."El tiempo es precioso en Marte. AEGIS nos permite hacer uso del tiempo que de otro modo no estaría disponible mientras se espera que alguien en la Tierra tome una decisión", explica Raymond Francis, del JPL en en Pasadena, California. Un tiempo extra bien aprovechado. Por ejemplo, ha ayudado al equipo científico en el descubrimiento de una serie de minerales interesantes en distintas ocasiones, con zonas con mayores cantidades de cloro y sílice, información que ayudó a planear las actividades del día siguiente.

"El objetivo es proporcionar más información para el equipo científico", explica Tara Estlin, líder del equipo AEGIS. "Este ha aumentado el total de datos procedentes de ChemCam operando en momentos en que, de no existir, el vehículo debería estar a la espera de una orden".
Antes de todo esto incluso se llegó a poner en práctica una curiosa práctica de "tiro a ciegas", intentando aprovechar ese valioso tiempo de inactividad era tan valioso que el vehículo fue instruido para llevar a cabo "a ciegas", ordenándose disparar el láser de ChemCam una vez alcanzara una nueva zona por si había suerte y se alcanzaba casi por suerte un punto interesante. Algo que no siempre era así. "La mitad del tiempo acababa golpeando el suelo. Eso también era útil, pero las mediciones de roca son mucho más interesante".


La autonomía amplia, la idea de I.A. explorando y decidido los próximos pases directamente, sin esperar ordenes de unos técnicos igualmente demasiado lejos para tener la precisión y rapidez deseadas, es el sueño mismo de la exploración interplanetaria, y programas como AEGIS, que será implementado también en el rover 2020 y su  SuperCam, es otro más de los pasos en esta dirección. Así son y así serán los habitantes de Marte, el mundo robot.

Así ve AEGIS la superficie de Marte, y clasifica los objetivos: Los azules son rechazados, mientras que los rojos se conservan. El mejor clasificado aparece sombrado en verde.

El veterano Opportunity también es hoy mucho más inteligente que cuando llegó, siendo capaz de trazar de forma autónoma nuevas rutas cuando considera que la inicial es demasiado peligrosa.

Y el futuro quién sabe que nos traerá.

Laser-targeting A.I. Yields More Mars Science

miércoles, junio 21, 2017

Una gigante de corazón

Mangalyaan cumple 1000 días terrestre en órbita alrededor de Marte aún plenamente operativa.

Recientemente se alcanzó esta cifra "milenaria" por parte de la MAVEN, la más reciente aportación de la NASA a la actual flota marciana, y eso significó que otra sonda estaba a punto de celebrar también esta cifra simbólica, ya que ambas viajaron juntas desde La Tierra a Marte, apenas separadas por unos días de distancia. Pequeña en tamaño, minúscula en presupuesto pero gigante en ilusión, la primera misión interplanetaria de La India culminó de la mejor manera posible, siguiendo el camino trazado por la sonda norteamericana. Pero mientras la primera estaba apoyada por la amplia experiencia acumulada por la NASA en este tipo de maniobras, la pequeña representante de la ISRO, la agencia espacial India, se aventuró en lo desconocido. Y triunfó.

Desde entonces pocas noticias hemos tenido de ella, más allá de un pequeño goteo de imágenes ciertamente destacables, datos sobre la composición química de la atmósfera y la constatación de que su sensor para la búsqueda de Metano en ella no era lo suficientemente sensible para lograr una detección clara. Sin lugar a dudas es la mayor decepción para el proyecto Mangalyaan, aunque nunca debemos olvidar su verdadera misión: Demostrar la capacidad de la India y su tecnología de realizar vuelos interplanetaria, de hacerlo con un presupuesto ajustado y en un tiempo corto de desarrollo y de miniaturizar instrumentos científicos de forma efectiva. Todo lo que se aprendió con ella se aplicará a su sucesora, la Mangalyaan 2, ya en desarrollo y que podría en 2018 o a principios de la próxima década.

Mientras la esperamos, a la primera Mangalyaan parece que las fuerzas no le faltarán en un futuro cercano. La sonda sigue funcionado sin problemas ni señales de decadencia, sus instrumentos trabajando con normalidad y enviado datos e imágenes actualmente bajo estudio, y tiene reservas de combustible para "años", según sus responsables, aunque sin precisar tiempos exactos. Incluso afrontó con éxito, el pasado Enero, un cambio relativamente drástico de órbita para evitar lo que habría sido un eclipse de Sol de tan larga duración que habría sido incapaz de sobrevivir, y poco antes descendió hasta solo 260 Kilómetros para tomar datos atmosféricos con su instrumentos MENCA (Mars Exospheric Neutral Composition Analyser), determinando la como las concentraciones de Dióxido de carbono, Nitrógeno, monóxido de Carbono y Oxígeno varían con la altura. 

A pesar de ello aún cuenta con unos 15 Kilogramos de combustible, que bien administrados pueden permitir a la sonda seguir activa largo tiempo. Tanto como para ver llegar a la Mangalyaan 2 quizás es esperar demasiado, pero ciertamente la vida de esta pequeña sonda está lejos de haber terminado. Y ese, teniendo en cuenta que solo dispuso de una décima parte del presupuesto de MAVEN, es sin lugar a dudas su mayor éxito. Es pequeña de cuerpo, pero al mismo tiempo es una gigante de corazón.

La cámara a color es el instrumento más exitoso de la Mangalyaan a día de hoy, y sus más de 700 imágenes el mejor testimonio de su éxito.

Además de imágenes, Mangalyaan sigue enviando datos científicos, como es el caso MENCA (Mars Exospheric Neutral Composition Analyser) y sus mediciones sobre como las concentraciones de dióxido de carbono, nitrógeno, monóxido de carbono y oxígeno varían según la altura.

Una pequeña gigante. 

Mangalyaan, India's first Mars mission, completes 1,000 Earth days in Martian orbit

First Scientific Result from Mars Orbiter Mission Published

martes, junio 20, 2017

Una frontera entre pequeños mundos

Los nuevos datos de Kepler aumentan el número de explanetas, incluido 10 nuevos de tamaño terrestre en la zona habitable de su estrella.

Las increíbles hazañas de este cazador de mundos ya es una constante, dejando claro no solo que se trata de una de las misiones espaciales más exitosas de la historia, y quizás la más trascendente, sino que detrás de ella existe un no menos increíble equipo humano capaz de sacar lo mejor de el, incluso improvisando nuevos métodos para sacarle partido cuando dejó de ser operativo en su configuración originales. Y los números no puede ser más claros: 4.034 candidatos a planeta, de los cuales 2.335 ya están confirmados. Espectacular es quedarse corto.

Y la más reciente liberación de datos  no deja lugar a dudas sobre ello. 219 nuevos candidatos, de los cuales 10 son potencialmente mundos rocosos como la Tierra orbitando su estrella dentro de la llamada zona habitable. Ello eleva el total de este tipo en concreto a casi 50, de los cuales más de 30 ya han dejado de ser "potenciales" y han pasado al definitivo grupo de los confirmados más allá de toda duda razonable. Un trabajo de titanes, ya que desde sus inicios Kepler lleva detectadas 34,000 fluctuaciones de luz estelar, de las cuales, después de un intenso proceso de de estudio y filtrado, han llevado a las cifras antes mencionadas.

"El conjunto de datos de Kepler es único, ya que es el único que contiene una población de estos casi análogos de la Tierra - planetas con aproximadamente el mismo tamaño y la órbita de la Tierra. La comprensión de su frecuencia en la galaxia ayudará a informar el diseño de las futuras misiones de la NASA para observar directamente a otra Tierra", explica Mario Pérez, científico del programa Kepler.

Estos últimos datos, por otro lado, han permitido desvelar que los planetas más pequeños, aquellos cuyas masas se aproximan a la de la Tierra, están "fracturados" en dos grupos completamente independientes y separados entre si. Por un lado las llamadas súper-Tierras, que son planetas rocosos con atmósferas delgadas, de hasta alrededor de 1,75 veces el tamaño de nuestro planeta, y los denominados mini-Neptunes que forman bolas de gas denso de 2 a 3,5 veces su tamaño. Se esperaba una distribución homogénea que abarcara desde la 1 masa terrestre hasta las 4, con planetas de todos los tamaños. Pero por el contrario aparecen en dos grupos totalmente definidos y límites abruptos. Por algún motivo aún no comprendido, la mitad de los planetas terrestres terminan absorbiendo y mantenido suficiente hidrógeno y helio como para aumentar drásticamente su tamaño y dar un salto hacia el grupo de los cercanos a Neptuno. 

"Es increíble las cosas que Kepler ha encontrado. Nos ha enseñado todo estos mundos terrestres, y todavía tenemos trabajo que hacer para entender realmente cómo de comunes son las Tierras en la galaxia. Estoy muy emocionada de ver lo que la gente se va a hacer con este catálogo, ya que esta es la primera vez que tenemos una población bien caracterizada, y ahora podremos hacer estudios estadísticos y realmente empezar a entender los análogos de la Tierra que existe ahí fuera", agregó Susan Thompson, científica en la misión Kepler del Instituto SETI.

Kepler marca el final de una era, y también es el principio de otra, ya que todo esa caudal de datos y descubrimientos marcarán el camino por donde se adentrarán los futuros exploradores, como el James Webb o el TESS, que sabrán donde concentrar sus superiores capacidades para obtener los mejores resultados. Cuando el amanecer de esa nueva era llegue nunca deberemos olvidar quién abrió las puertas para hacerla posible.

El nuevo catálogo presentado por Kepler incluye 10 nuevos candidatos a planetas que son menos del doble del tamaño de la Tierra en sus estrellas zona habitable.

Una de los descubrimientos más notable es la existencia una brecha en la distribución de tamaños de los exoplanetas, lo que indica además que la mayoría descubiertos por Kepler hasta ahora se dividen en dos clases distintas de tamaño: las tierras rocosas y súper-Tierras (similar a Kepler-452b), y los mini-Neptunes (similar a Kepler-22b).

Este bosquejo ilustra un "árbol de familia" de los exoplanetas. Estos nacen de de los discos protoplanetarios de gas y polvo llamada, formándose gigantes gaseosos como Júpiter, así como los planetas más pequeños, en su mayoría entre el tamaño de la Tierra y Neptuno.

Este diagrama ilustra cómo los planetas se forman y se clasifican en dos clases de tamaños distintos. A medida que van creciendo su gravedad atrae hidrógeno y helio del entorno. Finalmente, una vez su estrella comienza a brillar, la oleada de luz ultravioleta y viento solar arrastran parte de este gas. Si este se mantiene por encima de un umbral de masa determinada, pueden retenerlo y rápidamente convertirse en mini-Neptunos. Por debajo de este umbral, los planetas pierden todo su gas, convirtiéndose rocosa súper-Tierra.

NASA Releases Kepler Survey Catalog with Hundreds of New Planet Candidates